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Cultura diseñada para chicos, dossier de adnCultura

El suplemento del diario La Nación ha dedicado el dossier de la edición de ayer al fenómeno de productos culturales diseñado exclusivamente para niños. Me llamó la atención leer que los niños de 8 a 13 años definen el 43% de la agenda de consumo de toda una familia. Cómo ha cambiado nuestra sociedad!!! En mi niñez, que transcurrió hace ya un cuarto de siglo, debía pedir permiso para levantarme de la mesa luego del almuerzo o cena y guardar silencio cuando hablaban los adultos. Es grato ver que el tiempo no pasa en vano…

Destaco del texto de Ema Wolf:
El gran tema es, como en todas las cosas, poder discernir. Y poder discernir sin prejuicios. El espacio se lo van a proporcionar la educación escolar y el entorno. Con las limitaciones que ambos tienen, sabiendo que quien rodea al chico está condicionado a su vez por su propia educación. Si la familia consume Tinelli, ¿por qué preocuparse si sus hijos consumen Barbie?

Yo no le prohibiría nada a un chico, ni lo tendría en una jaulita alimentado a Borges. Trataría de abrirle todos los espacios posibles pero le enseñaría a acercarse críticamente a ellos, discutirlos, involucrarse en el valor de lo que recibe. Entonces vuelvo la mirada hacia la educación, por donde todos pasan: hay que reforzarla, hacerla más apta. Mi generación fue testigo y víctima del deterioro que se inició en el 66, más todo lo que nos pasó luego, que nos dejó mancados (ojo: no marcados), muy indefensos. Si no es la educación, no veo qué otra cosa puede romper ese vicioso ida y vuelta. No importa tanto, en definitiva, qué ponen delante de uno sino cómo podés pararte frente a eso, cuál es tu margen para discriminar.